lunes, 29 de noviembre de 2010

NIÑO POBRE



Nació el ocho de julio de 1989, en una villa del Gran Buenos Aires.
Ese día, en el Congreso Nacional alguien, plagiando al poeta Antonio Esteban Agüero, decía: ¡Voy a gobernar para los niños pobres que tienen hambre y los niños ricos que tienen tristeza!

Su infancia fue como la de cualquier niño villero.
Los juguetes eran fabricados por él, con latitas que juntaba en el basural lindero al asentamiento. La escuela primaria, era una buena excusa para almorzar los días hábiles. No sonreía nunca. En eso se parecía a sus padres.
Una noche, cuando tenía seis años, lo despertaron los gritos de la madre, castigada a puñetazos por el papá alcoholizado. A partir de entonces, esta escena se hizo rutinaria. Sus ojos se opacaron.
Luego la calle, los amigos, la limosna. Parte de lo que ganaba mendigando era destinado al sustento familiar. El resto para comprar pegamento. Al principio fue sólo curiosidad. Después costumbre y más tarde necesidad.
A los nueve ya era un gran consumidor de paco. De ahí pasó al porro y del porro a la blanca. Fue cartonero, trapito, mendigo… y también delincuente.
Murió en un tiroteo.
Era la primavera del 2006.
Tenía diecisiete años.

Roberto O. Munyau
HECHO EL DEPÓSITO QUE INDICA LA LEY 11.723 

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