martes, 23 de noviembre de 2010

EL PLAN


Esa noche no durmió. Estuvo analizando hasta los más mínimos detalles para  llevar a cabo su plan.
A la mañana siguiente, al amanecer, salió a caminar por la costa. El aire fresco del mar le ayudaría en sus cavilaciones. Finalmente fue a la dirección que le habían indicado y preguntó por El Mago. Así le llamaban en el mundo del hampa. Después de un breve interrogatorio, El Mago  accedió a venderle el treinta y dos corto.
Hacía casi tres años que venía planificando todo, pero siempre quedaba algún detalle por resolver o quizá era su indecisión la que no le permitía concretar  su objetivo.
Esta vez no había excusas. Estaba todo perfectamente estudiado. Sólo tenía que poner a prueba su coraje y actuar.
Llegó al lugar donde debía concretar el hecho, exactamente a la hora prevista. Tres de la tarde.

Emprendió el regreso siendo ya de noche.
Cansado, abatido, cortó camino tomando por el atajo que unía las vías del ferrocarril, con los fondos de su casa. Le habían recomendado no utilizar esa senda, ya que por la oscuridad era un lugar muy inseguro, pero esta vez no lo tuvo en cuenta.

A la mañana siguiente, encontraron su cuerpo en ese mismo sendero, tendido boca arriba con un disparo en la frente. Fue víctima de un asalto a mano armada. Dijeron los investigadores policiales. No hay señales de forcejeos. Entre sus ropas encontramos un treinta y dos corto, con la numeración limada y los seis proyectiles sin utilizar. Los delincuentes sólo se llevaron su dinero. La causa fue caratulada como Homicidio simple.
Sin embargo, su amigo más íntimo, opinó que se trató de un suicidio.
-Los delincuentes sólo hicieron lo que él, tal vez por cobardía, no se animó -dijo- Hace más de tres años le detectaron cáncer en los huesos.


Roberto O. Munyau
HECHO EL DEPÓSITO QUE INDICA LA LEY 11.723

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