viernes, 12 de noviembre de 2010

AÑORANZA

Mar del Plata, micro centro… calle San Luis.
La Reforma, de Pedro Cambiasso”, decía en la vidriera.
Edificio viejo, por fuera y por dentro, creo que de comienzos del siglo veinte.
Piso, mostrador, exhibidores, mesas y sillas, todo de madera.
Máquina de cortar fiambre, balanza de platillos con juego de pesas y caja registradora antigua.
Jamones y salamines, a la vista del público.
En las paredes, fotos de algunos visitantes ilustres: Gardel, Leguisamo, Frondizi y otros que hoy no recuerdo.
Al entrar se notaba la calidez húmeda del aire y un aroma muy especial.
Parroquianos, casi tan antiguos como el propio local; algunos de pié, otros en las mesas. Ausencia de mozos. Vermouth, picadas servidas sobre papel de estraza y acarreadas por la propia clientela.
Amigos.
Siempre había algo de qué hablar.
Murmullo… silencios escasos.
Política, fútbol, chismes locales, farándula, temporada de verano… todo tenía arreglo en La Reforma.
Era un ícono de Mar del Plata, como los lobos marinos de la Bristol o el mal llamado Cristo, en realidad San Salvador, de la escollera sur.
Hoy ya no está. La piqueta salvaje del “progreso” pudo más.
Pero no murió.
Está en la memoria, con su olor a tango.
Mar del Plata, micro centro, calle San Luís… ¡“La Reforma”!


Roberto O. Munyau
HECHO EL DEPÓSITO QUE INDICA LA LEY 11.723

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