HISTORIA

-¿Qué es la historia, padre?- Preguntó el niño.

-Hijo, la historia es recuerdo, certeza, duda, identidad, memoria. Hace muchos años esta tierra estaba poblada por aborígenes que la amaban, sin sentirse dueños de ella. Se alimentaban de sus frutos. Le rendían culto a través de los dioses. Eran de tez cobriza. El horizonte como única frontera… eran libres. Un día, desde el este, llegaron hombres blancos, con absurdos capitanes, insensatas armaduras e inadmisibles espadas. Conquistaron, asesinaron, robaron y violaron. Odiaron y fueron odiados. Impusieron un dios, que soborna y amenaza a la vez. Pero a pesar de todo este dolor, se fundieron en una misma sangre y hubo descendencia: nacieron  mestizos. El blanco creyó que había vencido, pero el indio  aún está allí, permanente, en la piel y los ojos brunos de América. Y luego vinieron más… y más blancos. Y ocuparon praderas, valles, montañas. Y construyeron ciudades. Y trajeron progreso. Y contaminaron. Y cambiaron sus costumbres. Y sin darse cuenta, trajeron el tesoro más preciado, que ahora también es nuestro: el idioma. Y se hicieron americanos… ¡Venganza del indio, el mestizo y el criollo! Sí… la historia también es venganza. Vinieron capitanes con las espadas y sus estentóreas voces de mando: Cortés, Grijalva, Pizarro, Irala, Mendoza, Garay,  Ponce de León, Valdivia, Orellana, Núñez de Balboa y muchos más. Aquí estaban ellos, los capitanes de estirpe americana: Calfucurá, Catriel, Tupac Amaru, Koslay,  Caupolicán,  Coliqueo,  Atahualpa, Namuncurá,  Quilapán, Yanquetruz y otros. Unos pelearon por el oro, los otros por su dignidad. Pero a pesar de esa lucha despareja, se mezclaron y surgió un nuevo linaje de piel morena, avalando que los vencidos, no fueron vencidos, que están en tu sangre, en la mía, en la de tus abuelos y en la de los míos y en la de los abuelos de ellos. Están vivos en nuestros poetas, nuestra música, nuestras praderas, valles, montañas, ríos y mares.

-Ya ves, nosotros… ¡también somos historia!

Roberto O. Munyau

HECHO EL DEPÓSITO QUE INDICA LA LEY 11.723