jueves, 7 de abril de 2011

Y LLEGÓ EL VERANO


Llegó el verano y con él, el calor y los días de playa, el viento, los mosquitos, las moscas, los días largos y las noches cortas… y los turistas. También llegaron los embotellamientos de tránsito, las largas esperas en los bancos, las filas interminables en los restaurantes, los ruidos, los que estacionan en doble fila… en fin. Pero no todas son pálidas, ya que tenemos las playas céntricas, donde podemos disfrutar de un magnífico día de sol tirados en la arena, imaginándonos que estamos en una bella isla del Caribe de aguas cálidas y transparentes, observando una hermosa muchacha morena bailando al ritmo de un son, rumba, calipso, mambo, lambada, guajira o pachanga… hasta que un  pelotazo o un pisotón nos vuelve a la realidad. Entonces ahí es cuando deseamos que vuelva el invierno, que no haya vacaciones estivales, ni feriados, ni ómnibus, ni aviones, ni trenes y que la autovía dos se convierta en un humilde camino de tierra.
Pero nos vuelve la alegría cuando al retirarnos pasamos por la rambla y escuchamos un músico callejero animando a los turistas con la canción: que lindo que es estar en Mar del Plata, en alpargatas, en alpargatas…    

Roberto O. Munyau

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