MÚSICA EN EL DESIERTO
La aridez penetró sus ojos y el viento parecía una flauta mágica. Un
concierto de juncos silbando, endulzaba los oídos del músico.
Elevándose, comenzó a escribir la mejor partitura.
El paisaje arenoso se inundó de los sonidos más bellos que jamás había escuchado.
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