Zarpan las barcas
El mar espera
pródigo en frutos
Proa al horizonte
Atrás, la ciudad
se apaga…
y amanece
Rostros curtidos
Manos callosas
Redes henchidas de peces
que ya no serán
Proa al poniente
Febo cumplió
Están de regreso
los hombres del mar
Roberto O. Munyau
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